La Agencia de Comercio de
Estados Unidos marcó con una cruz de poco o nada fiable a España en
2008 por las tasas de pirateo sobre los productos de la industria
audiovisual, por las descargas en las plataformas P2P. En 2015, la
Administración de los Estados Unidos aún emitió un informe en el
que recalcaba que España podía mejorar más en la persecución
contra los delitos informáticos.
Los
delitos contra el copyright en España están en el origen de
la nefasta comercialización de los productos cinematográficos, de
la animación, de los productos literarios o de los programas y de la
animación en este país. Plataformas como Seriely o Series Yonkis y
la serie completa de sus clones son las culpables.
La
paradoja surge cuando se echa un vistazo a la jurisprudencia. Ahí
está por ejemplo una sentencia de la Audiencia Nacional de Madrid de
abril de 2014 que apostó por seguir la doctrina de la sentencia
Napster, el famoso portal de descargas de Estados Unidos, que
certificó que las plataformas de descargas no son ilegales.
En
España, el 44% de los programas informáticos instalados en los
ordenadores privados de este país son ilegales, piratas, y programas
tan populares como el de Microsoft Office presentan índices de
copias del 60% o más, según las versiones de la aplicación de la
que hablemos.
Los
programas más pirateados en España son con diferencia,
además del Office, el AutoCAD, el Photoshop en todas sus versiones,
el ContaPlus de contabilidad, el FacturaPlus su hermano y el Presto.
Llama
la atención que las Comunidades Autónomas en las que está más
extendida la piratería sean también las más azotadas por la crisis
económica. Así, en Andalucía el pirateo informático alcanza el
58% de los programas instalados, en la Comunidad Valenciana se llega
al 55% y en el País Vasco y en Madrid si supera el 30%.
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